****Unos cuantos me ayudaron a salir del paraíso , para empezar con el infierno dulce de poder encontrarte, con la mirada de quién busca al heroe en la mitad de un poema (los trenes fantasma no conocen de finales ni comienzos, solos, transitan por un camino cambiante, como el latido de un adolescente a punto de llorar otra vez). Quisiera que sobrevivan las canciones de toda mi melancolía pop (No confíes en ningún intelectual que te hable de amor. Solo enciende la radio, Ellos tienen la razón) Unas cuantas cosas ciertas: nadie combate el crimen con canciones guerrilleras defendamos nuestro derecho a hacernos de los oídos sordos no busquemos más respuestas oigamos más dentro de nosotros , no somos el miedo somos las respuestas que han perdido el vuelo o andan con resaca. Conozco el rostro del silencio, por eso puedo decir que el silencio nunca está solo, tiene aliados como el murmullo de dos criminales o los gritos del extasis o la sirena que grita que El Chico esta a punto de llegar al infierno al menos el camino solo duele y no me cuesta escribirte estas cosas. Te he estado buscando en mi dolor nocturno eres diferente: la daga que se clava por la espalda algo hiriente: encantas a traición y yo que solo buscaba un lugar donde cobijarme. Sufriente: dueles más cuando callas todo tu dolor pendiente. Todos los días al andar, al abrir esas puertas al caminar mirando la geografía del chicle en el suelo he tratado de adivinar cuando me llegará la hora el día en que la presa finalmente sea atrapada Decidí: Que no quería olvidarte sin haber probado la humedad de tus labios Por que he puesto precio por tu corazón y solo he recibido unos cuantos datos sueltos: la noche envidia la excitación de tu aliento la última parada es el brillo de tus ojos invadiéndome a toda velocidad. Le tienes miedo al fracaso, por lo que conoces los rincones del cuadro. unas cuantas se han perdido en todas esas cosas han confundido tu sonrisa con una invitación y aquí me tienes sin nada más que entregar que mis labios y estas palabras que grito al borde de la tristeza a bordo de mi tren fantasma. Escribo todos los días antes de dormir. Pero no he encontrado las palabras para componerte una sinfonía que me ayude a limpiar esta boca empañada de todas las cosas que no debo nombrar. Ya nadie esta a salvo, eres radioactivo y no pocas están dispuestas a corromperse junto a ti para ti. Dominé los silencios incómodos de solo pensarte me he lanzado por todos los espacios vacíos atraída por tu aliento y solo tengo la esperanza vacilante de encontrarte algún día solo y poder gritarte por las costuras de los días (porque un grito importa más que verte caminando acompañado) (porque solo gritando uno podría decir todo lo que no se ha escrito) ya no es ningún misterio, que me tienes atrapada con la persistencia de mi garganta por decir tu nombre a las dos de la mañana y luego llamarte y escuchar ese sonido espacial que tiene tu voz al decirme que estas aun despierto, que acabas de cerrar el libro en el que se cuelan tus ilusiones.
Técnica de drenaje pleural
Hace 5 años