Es muy importante saber guardar un silencio en la mente propia para así poder oírse a uno mismo, conocerse, y a partir de ahí emprender esa aventura tan extraordinaria de vivir intensamente.
Los tiempos son críticos. La gente no se detiene. La gente no escucha. Los tiempos apuran y exigen y llevan. La gente se encierra en su propia prisa, como siempre. Los tiempos siempre han sido críticos, como ahora. Vale más llegar primero que saber llegar. Los presurosos se ciegan por su propio movimiento. Y entre tanta confusión perdemos el contacto con nosotros mismos
Por eso el silencio es tan valioso, porque en el silencio podemos escucharnos en intimidad. Pero lograr unos segundos de silencio es más difícil que crear un estruendo con palabras y manotazos. Hay que invocar a una ruidosa tranquilidad que, una vez conseguida, se debe silenciar con la misma firmeza con la que se trajo.
Ojala todo fuera tan leve como el venir de una hoja que pasara al olvido como el silencio que invita a la fuga de estas realidades tan absurdas.